Saturday, June 13, 2020

LA TIERRA DE LAS GOLONDRINAS


(Como he contado en entregas anteriores, mi familia y yo celebramos la Navidad del 2019 a bordo de un crucero de cinco días por el Caribe oeste. Esta narración corresponde al . día y será la última de esta colección)


Temprano de la mañana del 26 de diciembre, 2019, nuestro barco Brilliance of the Seas atracó en el puerto internacional de Cozumel, México. El sol brillaba sobre las cristalinas aguas prometiéndonos un precioso día.
Saber que estábamos en tierra mexicana me hacía sentir una emoción especial porque de niña yo había pasado muchas vacaciones en México con la familia de mi madre. Todos sus hermanos se habían trasladado de Nicaragua a México y habían encontrado en ese país una segunda patria.
Precisamente por eso, el día anterior que había sido de travesía y que yo había aprovechado para terminar de leer el libro de Eddy Kuhl, Rubén Darío según un paisano matagalpa, al llegar a la parte en que Eddy le pide prestada a Salomón (mi tío, Salomón de la Selva) su máquina de escribir, aproveché para invitar al tio Sal a venir a Cozumel conmigo.  Yo sabía que él iba a aceptar acompañarnos, máxime cuando le comenté que sus sobrinas, Cecilia y Abigail, tenían gran ilusión por recorrer esa bella isla.
Desde el momento en que pisamos el andén del puerto, la vibrante cultura mexicana nos impactó. Dándonos la bienvenida grupos de Mariachis tocaban alegres sones. La Muerte Quirina bailaba mezclándose entre Charros, Chinas Poblanas y otros representantes, todos luciendo vestuarios típicos. Un desborde de radiante cortesía que nos llenó de euforia predisponiéndonos a disfrutar nuestra aventura.
Previamente, mi hija había contratado un Van privado adaptado para usuarios de silla de ruedas (como yo), para nuestro recorrido turístico.  Así que, siguiendo instrucciones, nos paramos a esperarlo justo junto al gran rótulo que aquí les enseño y que demuestra el buen humor mexicano.

Hipólito, nuestro chofer y guía, llegó un poquito tarde (¿otro rasgo típico?) pero para compensar, resultó amable, solícito y conocedor de la historia de la isla.
 "Que formada por rocas calizas provenientes de los arrecifes, ha existido desde tiempos inmemoriales".
Me pareció oír que Salomón dijo. 
Aunque probablemente, era la voz de Hipólito que nos iba informando a medida que avanzábamos.
Así aprendimos que los primeros pobladores mayas se establecieron en esa isla hace unos 2,000 años y fueron quienes la bautizaron con el nombre original Kosom, Lumil, que significa 'Golondrina. Tierra de las golondrinas.' (A mi ese detalle me pareció súper romántico).
Cuando el capitán Juan de Grijalva llegó a Kosom, Lumil (Cozu-mel) en 1518, creyó ser  el primer español que allí arribaba. Pero un año después, en 1519, Hernán Cortés desembarca en esa isla con el plan de iniciar la conquista de México y se da cuenta de que en la isla viven dos náufragos españoles. Cortés les manda mensajeros ofreciendo rescatarlos.
Uno de ellos, Gerónimo de Aguilar acepta y pasa a ser uno de los primeros interpretes al servicio del conquistador.
El otro, el marino español Gonzalo Guerrero, declina el ofrecimiento ya que después de ocho años de vivir en Cozumel se había adaptado a sus costumbres indígenas e incluso se había casado con una dama principal y tenían tres hijos, de aquí que se le considere el padre del mestizaje en México.
El apellido de Gonzalo Guerrero llamó la atención de las niñas que querían saber si ese señor seria familia de su abuelo Oscar Gómez-Guerrero; por lo que, con el objeto de preguntarle al abuelo si ellas serian parientes de esos niños, insistieron en tomar fotos del monumento que representaba al famoso marino español con su familia.
Después de una parada en un mercado (yo no me bajé), en donde mis hijos compraron toda clase de delicias; y, una visita a una fábrica de Tequila, Hipólito enrumbó para una playa que según dijo estaba un poco alejada del bullicio turístico pero que ofrecía tranquilidad y belleza natural.
No nos mintió. Punta Morena excedió nuestras expectativas. Las niñas y sus padres gozaron bañándose en las cálidas aguas turquesas del Caribe mexicano, y mi esposo y yo, de la deliciosa brisa y maravillosa vista. Para después, todos, dar buena cuenta de una gigantesca bandeja de tacos que los mayores acompañamos con un par de buenas cervezas mexicanas.

México es privilegiado comentó Salomón.
Yo apenas si logré cabecear en asentimiento porque las cervezas me habían llegado y me moría de sueño.
Mucho que aprender en Cozumel, mucho que admirar y mucho que disfrutar en esa bella isla Kosom, Lumil, o, Tierra de las golondrinas.
¡Viva México!


"HOMBRES Y MUJERES QUE HAN CREADO EL VALEROSO ESPÍRITU LEONÉS" --TERCERA ENTREGA.

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